13 febrero 2007

De vuelta

Hace exactamente quince días, estaba redactando una entrada para explicaros a todos que me marchaba durante un par de semanas para poner en marcha un blog colectivo donde coleccionar principios de libros.

Hoy, exactamente quince días después, vuelvo a sentarme delante del ordenador para cumplir con la promesa de volver (aunque de hecho nunca me marchara). Y vuelvo con más noticias sobre Coleccionando principios.

Quince días después, con unas cuantas canas más (las prisas, las emociones, y toda la energía puesta en que esto salga bien), la buena nueva es que coleccionando principios crece. Crece, y su casa se le queda pequeña. Y como de momento en la vida cibernética no hay tantos problemas de vivienda como en la vida real, nos mudamos a un apartamento más grande, más bonito y, por seguir con la metáfora, con “muchas posibilidades”.

Sería demasiado largo de explicar, pero digamos que me he topado con dos ángeles de la guarda que se han encariñado tanto (o más) que yo en el proyecto, y que me hicieron una propuesta imposible de rechazar. Así que ahora, en vez de una neurona detrás de todo esto, hay tres... sin contar con que en estos quince días se han apuntado más de treinta personas a aportar su granito de arena a esta colección colectiva de principios librosféricos. Y el número y las aportaciones, a cuál más interesante, sigue creciendo poco a poco. Y lo seguirá haciendo, siempre que haya gente con ganas de participar.

Ciñéndonos a los aspectos prácticos, el post anterior ha quedado un tanto obsoleto. Lo he actualizado con un enlace a esta entrada, para que los que a su vez enlazásteis con la primera llamada no tengáis que volver a editar vuestros enlaces.

Seguimos aceptando coleccionistas. Tan solo tenéis que daros de alta en esta dirección, y leer la información que encontraréis en breve en el blog (ya estamos en ello).

Así pues, en lo que a mí respecta, aquí seguimos. ¿Están todos ahí? Mañana es San Valentín, así que vayan pensando en sus historias de amor favoritas. Por aquí dejaré una lista de las mías. La romántica empedernida que hay en mí espera sus sugerencias.

1 comentario:

El llegidor pecador dijo...

Mi libro romántico preferido es
"Ríndete, amor mío" de Johanna Lindsey donde encontramos una de las mejores frases sobre los efectos de una pasión arrebatadora:

"Al abrazarla, el deseo hizo que sus pantalones fueran más estrechos."