09 octubre 2007

Liber 2007

No ir me parecía casi un desacato a la autoridad, aunque la verdad es que fue una semana complicada y mi paso por el Liber fue un visto y no visto. Por la mañana, asistí a la mesa redonda organizada por Fesabid sobre el canon por préstamo público, instaurado después de mucha polémica (y lo que le queda) por la ley del libro aprobada el pasado junio. Sobre esto no se preocupen, que les estoy preparando una entrada para dentro de unos días donde les contaré todo lo que sé al respecto. De momento puedo avanzarles que no hará falta venir a las bibliotecas públicas con la tarjeta de crédito, como me preguntaba una usuaria hace un par de días, que por lo visto había oído tiros pero no sabía muy bien si la guerra iba o no con ella...

Por la tarde, volví al Palacio número 2 pasadas las seis de la tarde, cuando por megafonía ya estaban avisando a los visitantes de que el salón cerraría sus puertas a las siete, así que como pueden imaginar no pude entretenerme mucho. A pesar de todo, localicé el stand de ARCE, donde me agencié el último número (el tercero ya, parece mentira qué rápido pasa el tiempo) de Trama & Texturas, y paseando entre los pelados stands (ya había más cajas precintadas que libros en los estantes) pude arramblar con un sinfín de catálogos de las más variopintas editoriales y los dos últimos números de la revista Delibros (el de septiembre con un extenso informe sobre el mercado editorial catalán, ahora que ya tenemos aquí – por fin – la feria de Frankfurt). A penas me dio tiempo para sacar la cámara y hacerle una foto al stand del Ministerio de Cultura y sus poemas colgantes (ver más arriba).



Cargada como una burra de revistas, catálogos, panfletos, y alguna que otra cosa (a ver cuándo me acuerdo de que a estos sitios hay que ir con maletín de ruedas...), me retiré a mis aposentos, donde me he pasado el fin de semana con el rotulador en la mano anotando referencias de libros, tanto para uso personal como para comprar en la biblioteca. La libreta donde anoto los libros en “lista de espera” ha engordado unas tres páginas, con títulos como Aprendiendo a vivir, una recopilación de textos de Clarice Lispector; La lectura y la vida, de Emili Teixidor; Instrucciones para despertar a una silla dormida (del mismo autor que el Manual de calcetines salvajes); el Borges y la matemática de Guillermo Martínez (del que también he anotado su nueva novela, La muerte lenta de Luciana B.), para cuando haya leído a Borges...; o la recopilación Artículos literarios en la prensa 1975-2005, de Cátedra, del que no conocía su existencia.

Para ser mi primer Liber, no ha estado mal...
Repetiremos el próximo año :-)

1 comentario:

SU dijo...

Pronto (?) colgaré mi crónica del Liber, Sfer, uff!

A ver si podemos repetir...

Saludos,

SU, una meitat