29 febrero 2012

¡Escuchad, críticos!

P. 14 - He pretendido abordar la crítica como una actitud y como una posición. La actitud de quien se pregunta por las razones y causas de sus gustos, de sus prejuicios y de su ideología. La posición de combate de quien no está conforme con la narración dominante en la vida social ni con las narraciones dominantes en los medios culturales, ni, menos aún, con la presunción de que lo literario sea un aval estético que funcione como distinguida patente de corso. Un aval que no admite más interlocución que la proveniente de aquellas instancias que se definen tautológicamente por ser dueñas de ese concepto, la literatura, donde se presume su legitimación. Me he acercado a la figura del crítico como generador de discursos públicos y como interlocutor que, de igual a igual, interroga en voz alta los textos que una sociedad se oferta a sí misma a través de unos mecanismos concretos de producción y consumo que son elaboración y expresión del sistema social sobre el que la sociedad se asienta y en el que la crítica interviene. El crítico como el que lee su lectura y sabe que las circunstancias de toda clase en las que esa lectura tiene lugar son parte de ella.


P. 98 - El lector privado puede hacer con su lectura lo que quiera. Allá él y su responsabilidad. Pero el crítico, y éste es el rasgo pertinente que separa al crítico del lector común, no puede hacer con su responsabilidad lo que quiera, puesto que su discurso es un discurso público sobre textos públicos, publicados, y tiene, quiera o no quiera, una responsabilidad pública, pues al crítico este hecho lo convierte en custodio de las palabras, de las historias, de los relatos, en el aduanero que controla la circulación de los discursos colectivos. El crítico es un lector que se vigila, que vigila la lectura que está haciendo, o mejor, que se siente vigilado por lo público, por el bien común, pues sólo él legitima en última instancia el tomar la palabra frente al público. Se vigila porque se asume como responsable, es decir, acepta que alguien le puede pedir responsabilidades por el uso que haga del espacio público que la comunidad le deja ocupar.


P. 101 - La lectura del crítico no debe ser una lectura imparcial o neutra, sino tan radicalmente personal y parcial que ponga en evidencia y transparente los materiales culturales, biográficos e ideológicos sobre los que se asienta lo personal, el hardware y el software de su personalidad lectora. Como ciudadano común que es, tendrá sus propios intereses y prejuicios, pero como crítico está obligado, primero, a conocerlos y, segundo, a controlarlos. Si por los motivos que sean esos intereses intervienen en su proceso de lectura sin ser reconocidos como tal, su lectura será fraudulenta. Toda lectura es una lectura interesada, pero en la del crítico sus intereses propios - ideológicos, literarios, autodescriptivos, profesionales, crematísticos -, a los que, al menos en principio, ni tiene ni debe ni puede renunciar, tendrán que estar integrados en el interior del mecanismo de lectura, sin que sirva como escape pretender su ocultamiento bajo el manto de una previa declaración expresa que pretenda así neutralizarlos en su proceso de lectura.


P. 178 - Desde mi punto de vista, hoy, la única crítica que merecería seguir llamándose así sería aquélla capaz de enfrentarse a este poder que hoy llamamos mercado. Lo curioso es que este poder parece no tener cara, y esta ausencia aparente de responsables dificulta extraordinariamente el enfrentamiento. Además, su fuerza expansiva es tal que hoy todo es mercado. Para decirlo de otro modo: hasta negar la legitimidad del mercado puede convertirse en un acto mercantil, del mismo modo que, dentro del campo literario estudiado por Bordieu, el rechazo a la literatura mercantil puede acabar convirtiéndose en una forma de incrementar el capital simbólico. El mercado deviene así el único amo y custodio de las palabras. Frente a este poder, ¿qué puede hacer el crítico literario? [...] Creo que el crítico literario hoy, si quiere disputar el control de las palabras al mercado, necesita llevar a cabo distintas tareas. La primera sería cuestionar ese poder haciendo ver que no es suficiente una actitud de resistencia. Es necesaria una actitud de combate, y para que ese combate sea posible, el crítico necesita encontrar una legitimidad fuera del mercado. Si no la encuentra, el mercado lo engullirá inevitablemente. Esa nueva legitimidad supone construir y proponer una nueva comunidad, es decir, una escala de valores radicalmente distinta, un proyecto de bien común diferente. ¿Cómo construir esa comunidad? La respuesta es complicada y creo que pasa por el establecimiento de una estrategia política (y digo política, y no necesariamente militante). En cualquier caso, esa estrategia requiere el reconocimiento previo de que hay que recuperar la idea de comunidad como única forma de escapar a la actual hegemonía de la multitud, de la cantidad. Esa recuperación es necesaria para lo que Musil llamaba "la salvación del espíritu", es decir, del espíritu de la comunidad. Toda crítica que no parte de estos postulados, quizá no suficientes pero sí necesarios, está renunciando a ser crítica, a cuestionar el poder hegemónico.


P. 202 - Contra lo que generalmente se piensa, la crítica no es una instancia mediadora entre el escritor y los lectores. Ese papel corresponde a los editores, cuyo trabajo consiste en proponer a la comunidad o mercado aquellas lecturas que en su opinión - criterio editorial - pueden satisfacer sus necesidades. El crítico analiza y valora esas propuestas y, por tanto, su trabajo le sitúa entre la edición y los lectores. La práctica es engañosa y tiende a hacernos pensar que los críticos hablan de escritores, cuando en realidad están hablando de propuestas editoriales. Esta reflexión debería aliviar algunos tradicionales resquemores que agitan de cuando en cuando las, en general, autosatisfechas aguas literarias. Sería bueno que los escritores entendiesen que la crítica no tiene como objeto sus obras en cuanto pertenecientes a su privacidad sino, y solo, en tanto pasan por la decisión editorial de hacerlas públicas. Y sería especialmente conveniente que los críticos también entendiesen que su trabajo empieza y acaba en la instancia de lo público.


P. 210 - Mientras la literatura mantuvo su relativa autonomía dentro del sistema económico, el mercado, como modo de regulación del intercambio social formaba parte de su entorno, y, por tanto, aunque reaccionara a sus estímulos, no estaba determinada por él. Mercado y literatura son instancias que conviven con mayores o menores tensiones desde tiempos muy lejanos. Lo novedoso es que la autonomía de la mercancía literaria se está diluyendo de manera acelerada y la literatura se integra sin demasiados problemas en las industrias del ocio y el entretenimiento. Y, evidentemente, esta tendencia del sistema literario a desvanecerse en el interior del sistema mercado acabará suponiendo, si no supone ya, un desplazamiento del lugar de la crítica hacia posiciones cercanas a las que ocupa la publicidad. Un camino que se publicita como imparable.


P. 248 - El desarrollo del capitalismo en esta fase de expansión y acumulación acelerada está provocando, entre otros fenómenos, que las empresas, llevadas por la inevitable lógica de la competencia y la reproducción, necesiten controlar no sólo la producción sino la circulación, la distribución y el consumo, lo que puede dar lugar a episodios de sinergias negativas, como es el caso. Sucede que la burguesía, cuya razón de ser es vender y vender con beneficio, está obligada a acabar con toda excepción, ya sea cultural ya sea laboral, y si tiene que morderse a sí misma, se muerde. Asistimos a una historia empresarial que pone en evidencia que en caso de conflicto entre beneficio y legitimidad, por mucho que nos desgarremos las ropas en aras de la cultura, la solución del sistema consiste en hacer del beneficio la única fuente de legitimidad. El tribuno que no existe, mientras llega al ágora, piensa que con estas condiciones objetivas poco espacio parece quedar para el criterio y las libertades individuales del crítico. Poco, muy poco, pero sin duda el suficiente para que unos pierdan la dignidad y otros la defiendan y mantengan.


***


La cena de los notables ha resultado ser una lectura apasionante. A ratos ardua, no se lo voy a negar (sé que volveré a ella para intentar comprender algunos conceptos e ideas que no me han quedado claros); en ocasiones muy entretenida (me lo he pasado mejor leyendo a Bértolo leer Madame Bovary que cuando la leí yo misma); incluso, llegando al final, de lectura compulsiva (terminé de leerlo una noche pasadas las doce, cuando normalmente sobre las once ya estoy más que frita). Una buena dosis de reflexión sobre la crítica, un tema al que ya saben que soy especialmente sensible... Aunque crea que la visión de Bértolo es quizá un tanto utópica, no por eso la considero menos necesaria. Hacen falta idealistas que nos saquen un poco del estercolero en el que estamos metidos para que la mierda no nos llegue al cuello sino a los tobillos. Desde aquí, mi más sincero agradecimiento al escritor que compuso el llamamiento a las armas, al editor que lo publicó, al crítico que, con su discurso público, me lo dio a conocer, y al bibliotecario que adquirió el ejemplar para que todos (no solo yo...) lo tuvieran a su disposición. 

27 febrero 2012

Ellos también leen



































Librosfera, que no va a ser menos, hoy también con el cine - gracias a Awesome People Reading, el tumblr que demuestra que ellos también leen (ni que sea entre gala y gala y sin perder de vista a las cámaras...)

23 febrero 2012

Mr. Auster

Pueden leer lo que han escrito sobre la visita de Paul Auster en El Mundo, La Vanguardia, El Cultural, El País, El ABC, El Periódico o Público... pero seguro que no podrán ver en ninguno de ellos una foto como esta:

























Thank you, Mr. Auster. And not just for signing books during more than 2 hours.

22 febrero 2012


17 febrero 2012

Preguntarse

Alguien dijo que cuando alguien se pregunta sobre el para qué de la lectura acaso sin saberlo ha encontrado una respuesta: leemos para aprender a preguntarnos por qué leemos. Puede ser. En todo caso, en eso estamos.


***
Ya desde el prólogo, sé que La cena de los notables me va a gustar... y mucho. En todo caso, en él estoy. Cuando acabe, seguro que volveré por aquí con algún otro fragmento.


[Lean el prólogo en pdf]
[Lean el artículo que le valió a Constantino Bértolo el Premio Periodístico sobre Lectura hace unos años]
[La cena de los notables en solodelibros]
[La cena de los notables en la tormenta en un vaso]

16 febrero 2012

Gunter Rambow


Algunos carteles de Gunter Rambow que descubrí gracias a Lecturimatges

15 febrero 2012

No me importaría que me regalaran...

- Los sobres hechos con antiguos fanzines de Heroine paper goods.
- Un cómic sobre las cosas raras que dicen los clientes de las librerías.
- 100 postales de pingüinos.
- Un libro de mapas (este o este).
- Una colección de encuentros casuales.
- Dos de mis pasiones juntas (así o asá).
- Unos posavasos con mucha historia.
- Unos ilustres sellos.
- Cualquier cosa de present and correct
- A library sign.
- An apple a month (atención, libreros de España: ¿alguno de ustedes ofrece un servicio similar?)


No, no se acerca mi cumpleaños, pero... nunca se sabe si puede haber algún amigo invisible al acecho...


14 febrero 2012

San...




























Es de Paul Octavious y, si les roba el corazón, pueden hacerse con una copia aquí
[Visto en el blog de swissmiss, que hacía tiempo que no visitaba...]

13 febrero 2012

Magia

Los magos-pirata habían conducido a Príncipe Wing hacia una trampa tan obvia, en el piso ciento cuarenta de La biblioteca del Mundo Árbol Popular Libre, que parecía mentira que realmente fuera una trampa. Utilizaron digitomagia para convertir a Príncipe Wing en una tetera de porcelana; le metieron dentro un par de bolsitas de té Earl Grey y agua hirviendo, brindaron por el Eternamente Pospuesto Reino de Plazo Vencido de los Libros Prohibidos, se bebieron el té de un trago, eructaron, lanzaron las tazas pirata de souvenir al suelo y después hicieron añicos la tetera que había sido Príncipe Wing. Entonces los malvados magos-pirata barrieron sin cuidado alguno los pedazos de Príncipe Wing y de las tazas coleccionables, y los metieron en una caja de madera de puros que enterraron en el Parque Memorial Angela Carter del piso diecisiete de La biblioteca del Mundo Árbol, erigieron sobre ella una estatua de George Washington.


***
No soy una gran lectora de cuentos, pero esta Magia para lectores me ha dejado con ganas de más (de más cuentos y de más magia). Por eso, y porque en la última tertulia de la librería Al·lots salieron a colación los libros de Susanna Clarke, ahora me he puesto con Las damas de Grace Adieu


¿No les ha pasado que, unas semanas después de haber terminado un libro de relatos, son incapaces de recordar más que uno o dos? Pues esto no les va a pasar si se atreven con Magia para lectores. Todavía no sé cuál me ha gustado más, si el primero (al que pertenece el delirante fragmento de aquí arriba, con sus referencias para letraheridos y su doble - o triple - ficción dentro de la ficción dentro de la ficción dentro de la ficción...), o "El fantasma de Louise" (con sus dos protagonistas, Louise y Louise) o "Animales de piedra" (esos conejos... ¿cómo olvidar los conejos?) o "Viajes con la Reina de las Nieves" (no pude resistirme, y lo fotocopié para compartirlo... como en los viejos tiempos). No me hagan escoger uno de los cuatro...


Sabes que la autora está jugando contigo, pero qué gusto dejarse engañar. 

09 febrero 2012

A book... and a cookie

Después de la entrada de hace dos días, un pequeño premio en forma de vídeo.
Lo encontré en el Twitter de la Revista Babar. ¿Hacemos una lista de las películas que aparecen en los comentarios?

07 febrero 2012

Bibliotecas: mirando al pasado y al futuro

¡Cinco años ya!

No no, no es que me equivocara y celebrara el sexto aniversario de Librosfera cuando en realidad eran cinco.

No. Quien hace cinco es [el ojo fisgón]

Y lo celebra con una entrada que no pueden perderse, y proponiéndonos dos preguntas que... ¡vaya miga tienen las preguntas! Como que llevo varios días dándoles vueltas, a pesar de haber decidido "reescribirlas" un poco (o lo que es lo mismo, en lugar de contestar a las preguntas que Martín quiere que contestemos, contestar a las que a mí me interesa contestar).

Dejándonos de trabalenguas, Martín pregunta...
1. ¿Cuáles creen ustedes que son tanto los acontecimientos que más han marcado la evolución del sector del libro como las transformaciones más importantes que éste ha sufrido durante estos cinco años? 
2. ¿Cuáles son los retos a los que deberá enfrentarse el sector del libro durante los cinco años que vienen?

... pero una servidora va a contestar a...
1. ¿Cuáles creen ustedes que son tanto los acontecimientos que más han marcado la evolución de las bibliotecas públicas como las transformaciones más importantes que éstas han sufrido durante estos cinco años?
2. ¿Cuáles son los retos a los que deberán enfrentarse las bibliotecas públicas durante los cinco años que vienen?

... porque ahí sí que creo poder aportar algo a la conversación, y como sé que a Martín también le interesan las bibliotecas, seguro que estará interesado en mi respuesta a esas preguntas. Quizá sea el único, especialmente viendo la extensión de la entrada, pero como este es mi blog, puedo hacer en él lo que me apetezca :-D

[Nota: en las respuestas a las preguntas, aunque diga "bibliotecas", me estoy refiriendo principalmente a las "bibliotecas públicas", que es el sector que más conozco; hace tiempo que no soy usuaria de las bibliotecas universitarias, las bibliotecas escolares no existen en nuestro país, y al no haber estudiado biblioteconomía y documentación desconozco también el funcionamiento y la dinámica de otros centros, así que... cada uno a lo suyo].

Vayamos por la primera pregunta. ¿Qué acontecimientos han marcado la evolución de las bibliotecas públicas en estos últimos cinco años, y qué transformaciones han sufrido?

La web 2.0: en estos últimos cinco años, son múltiples las bibliotecas que han pasado de tener muy poca presencia en línea a subirse al carro de la web social. Primero fueron masivamente los blogs, y ahora Twitter y Facebook, añadiendo la creación de contenido en línea (guías de lectura en issuu, vídeos en youtube, etc...) y también algunos proyectos de creación propia como mapas interactivos con recorridos literarios y cosas así. De todos modos, aunque la presencia de bibliotecas en los servicios de web social se ha multiplicado, creo que pocas han asumido lo que la web 2.0 significa: escuchar y dialogar. Así que no es nada extraño encontrar a bibliotecas monologando solas en la web sin preocuparse de si hay alguien al otro lado, cuando deberían estar saliendo a buscar a los usuarios allá donde ellos se encuentran.

Más colaboración: es la otra cara, la interna, de la web 2.0. La eclosión de las herramientas gratuitas que permiten el trabajo colaborativo (Google Docs, sin ir más lejos) ha permitido a las bibliotecas una colaboración más estrecha y mucho más sencilla. Crear guías de lectura entre varias bibliotecas, compartir el excel de adquisiciones con otras bibliotecas de la misma población para no duplicar fondos de manera innecesaria, calendarios, herramientas, listados de webs recomendadas... hoy en día es mucho más fácil que las bibliotecas compartan su trabajo y así aporten su granito de arena para mejorar la eficacia y la eficiencia de la red de bibliotecas públicas evitando duplicar esfuerzos. Aun así, como en el punto anterior, estamos lejos de un ideal: nos faltan espacios de referencia liderados por instituciones capaces de aglutinar a la mayoría de los agentes implicados: en Barcelona lo ha intentado la Diputación, pero a mi modo de ver ha fallado estrepitosamente porque falta también la "cultura del compartir" en una gran parte del colectivo de trabajadores de las bibliotecas. A veces me sorprendo de lo poco que se usa ni siquiera la lista de distribución de todas las bibliotecas de la provincia de Barcelona que tenemos configurada en el Outlook.

La piratería: nos afecta como a todo el mundo. Mira que nosotros no "vendemos", ni siquiera "alquilamos", es decir... lo que ofrecemos, lo ofrecemos "gratis" (ojo a las comillas: que ya sé que lo pagamos entre todos - pero vamos, igual que TVE y que otras tantas cosas), pero ni así ha habido manera de frenar la caída en los préstamos de material audiovisual, especialmente CD musical y DVD. Estrepitosa, sobre todo la de la música. Es normal, no hay que echarse las manos a la cabeza, pero quizá sí que habría que replantear la compra de estos materiales para sacarles más partido y ofrecer de una vez un servicio de préstamo interbibliotecario potente que incluya material audiovisual. ¿Qué sentido tiene que 20 bibliotecas tengan el último disco de Julianna Barwick, si 18 de los 20 ejemplares van a estar siempre disponibles?

¿Y el libro electrónico?: supongo que muchos esperarán que lo incluya como uno de los acontecimientos que más nos han marcado en estos años, pero en realidad, creo que no ha sido así. En cualquier caso, cuando lo ha hecho ha sido claramente de forma negativa, porque en las pocas ocasiones en las que se ha dignado hacer acto de presencia nos ha hecho perder el oremus e invertir tiempo, esfuerzo y dinero de la manera menos apropiada posible: sin una planificación, sin una estrategia, y simplemente para salir en los periódicos. Algunas bibliotecas se lanzaron a comprar lectores de libros electrónicos, sin tener ni idea de cómo iban a conseguir los contenidos para "rellenarlos" ni del uso que se les iba a dar. Algunos lo solucionaron usándolos solo en algún club de lectura experimental, otros elaborando normativas de préstamo bastante marcianas... experiencias desde mi punto de vista totalmente fallidas. El tiempo que nos hemos pasado admirando el continente lo podríamos haber invertido en contenido, sobre todo teniendo en cuenta los tiempos que corren. Personalmente, creo que estamos lejos de ver el libro electrónico implantado de forma normalizada en las bibliotecas españolas, y lo encuentro normal, teniendo en cuenta el nivel de implantación que tiene en nuestro país. Además, como ya he comentado en algún otro sitio, hasta que las editoriales no se aclaren entre ellas y con los libreros y los distribuidores, creo que las bibliotecas no podremos entrar en el juego.

Y en eso estábamos cuando llegó la crisis. En realidad esto no sé si incluirlo en los "acontecimientos que han marcado las bibliotecas" o los "retos a los que deberían enfrentarse". Digamos que se encabalga, que es el presente más presente. La tijera también ha llegado a las bibliotecas, no se engañen... lo que pasa es que no salimos por la tele porque no le importamos a demasiadas personas, lo cual me hierve la sangre, porque siempre se oyen los defensores de la sanidad pública, y los defensores de la educación pública, pero ¿cuántos de ellos son usuarios habituales de la biblioteca pública? Creo que todo el mundo debería ser usuario/a activo/a de la biblioteca pública. Para mí es incívico no utilizar la biblioteca pública, y no te digo ya jactarse de ello. Pero me centro, que me voy por las ramas: recortes. Recortes de personal y recortes de todos los presupuestos habidos y por haber: para compra de libros, revistas, CDs, DVDs; para compra de material; y para actividades (menos clubes de lectura moderados por profesionales, menos horas del cuento a cargo de narradores cualificados, menos charlas y conferencias). ¿Resultado? Menor calidad y un retroceso espectacular en el camino que nos separaba de nuestro objetivo: ser un centro cultural, social, de formación, de información, y de ocio, básico para la comunidad.


¿Y a qué retos nos vamos a tener que enfrentar las bibliotecas en el futuro?


Superar la crisis: debería ser lo primero en la lista de tareas. De hecho, lo primero es sobrevivir, y después, una vez haya pasado el ciclón, habrá que evaluar los daños y ver si podemos recuperar lo que habíamos perdido. No será fácil (hay algunos recortes que realmente ponen los pelos de punta y nos sitúan a años de lo que habíamos sido un día, y no digamos ya de lo que las bibliotecas son en otros países - siempre hemos ido a la cola, como en tantas otras cosas). Las bibliotecas hemos conseguido la posición que tenemos porque disponíamos de dinero para comprar las últimas novedades casi al mismo tiempo que salían a la venta en librerías, porque organizábamos actividades gratuitas para los niños y talleres de informática para los mayores, porque eran sitios agradables en los que poder estar sin tener que pagar... Ahora nos quedamos sin dinero para comprar novedades (o compraremos muchas menos) y los recortes de personal (o aunque no recorten: basta con que no cubran las bajas ni sustituyan las jubilaciones y se deshagan del personal no fijo) nos impedirán ofrecer todas las actividades que ofrecíasmos hasta ahora. ¿Seguirán siendo sitios agradables para estar? Pues depende... A nosotros nos ha llevado años que se dieran cuenta de que había que limpiar la tapicería de los sillones, que estaba que daba asquito sentarse en ellos, y no había crisis, así que ahora...

La generación digital: es cuestión de tiempo que la generación digital sea una mayoría en la sociedad. Una generación acostumbrada a que todo lo que necesita está en Internet y que Google tiene todas las respuestas. Pero, ¿es eso cierto? ¿Seguirán las bibliotecas siendo útiles? Por supuesto, yo creo que seguiremos siendo útiles, especialmente...
- ... ayudando a encontrar información, como veníamos haciendo hasta ahora.
- ... seleccionando la información relevante y descartando la que no lo es.
- ... ofreciendo herramientas para orientar a los usuarios en la sociedad digital, especialmente aquellos es riesgo de exclusión.
Pero la utilidad de la biblioteca depende de dos factores. Por un lado, que la propia sociedad crea en ella y se dirija a la biblioteca para resolver sus necesidades; y por otro, que la biblioteca esté ahí (y "ahí" quiere decir cada vez más lugares, lugares físicos y también virtuales: twitter, facebook, foros, chats...), escuchando para poder intervenir cuando se la necesita. Y esto me sirve para enlazar con el siguiente punto vital en los próximos años...

El marketing de nuestros servicios: siempre se nos ha dado fatal vender lo que hacemos, el potencial de nuestros servicios, todo lo que podemos ofrecer. Es increíble, pero hay muchísima gente que NO SABE lo que puede conseguir en una biblioteca. Gente que...
- ... se sorprende de la cantidad de DVDs que hay en las bibliotecas.
- ... no sabe que se puede llevar 30 documentos a casa en préstamo durante 30 días.
- ... no sabe que el préstamo interbibliotecario (traer un documento de otra biblioteca) es posible y, en muchos casos gratuito (que las bibliotecas de la ciudad de Barcelona lo hayan implementado - aunque solo para libros - de tapadillo, sin hacer ningún tipo de publicidad, me parece fatal).
- ... no sabe que disponemos de wifi y PCs de uso público (también gratuitos, por supuesto).
- ... no sabe que muchos libros están disponibles en las bibliotecas casi al mismo tiempo que en las librerías (y en ocasiones, sin el casi: los primeros ejemplares que se vendieron del último libro de Ruiz Zafón en muchas librerías los compraron bibliotecari@s).
Durante años hemos tenido un servicio de impresión de diarios de todo el mundo que ahora ha caído con la crisis y por el poco uso que se le daba, pero... ¿si no llevamos esa información a los usuarios que podrían estar interesados en recibirla - en este caso claramente el colectivo inmigrante -, cómo van a demandar el servicio? Tenemos que ponernos las pilas con el marketing para que la sociedad, y especialmente la generación digital, sepa qué podemos ofrecer. Siempre nos hemos jactado de ser proactivos, pero creo que en este aspecto nunca lo hemos acabado de conseguir.

Gestión del personal: como buena administración pública que somos, se damos pena gestionando el potencial del personal que tenemos a nuestra disposición, y creo que debería ser una prioridad encontrar la fórmula para sacarle más partido. Nos creemos que una biblioteca debe ser necesariamente una democracia (¡salvando las jerarquías, por supuesto, eso no lo perdamos nunca de vista!), pero desde mi punto de vista, creer que todos somos iguales es una equivocación flagrante que lo único que consigue es matar la creatividad, la motivación y las ganas de innovar de aquellos que la tienen, que no son todos. En una biblioteca el personal debería adecuarse a determinados perfiles (trabajador social, informático, community manager, documentalista, educador...) y también la contratación de nuevas personas debería hacerse de acuerdo a un determinado perfil. El colectivo bibliotecario tiene mucho miedo del intrusismo laboral, pero es que creo que para trabajar en una biblioteca pública, muchas veces lo último que se necesita es haber estudiado biblioteconomía y documentación... Creo que de los cuatro "retos" que propongo es el más difícil, precisamente porque la gestión del "personal público" no depende únicamente de las bibliotecas, sino en su mayoría de entes locales (ayuntamientos, diputaciones...), pero creo que deben empezar a buscarse fórmulas YA para hacer que la biblioteca se parezca más a una empresa que a un departamento burocrático de una administración pública, al menos en lo que a organización interna se refiere.

Cuatro apuntes del pasado reciente y cuatro retos para un futuro inmediato.
Me dejo muchas cosas en el tintero - lo mucho que ha significado, por ejemplo, dejar atrás el antiguo programa de gestión que utilizábamos, VTLS, y adoptar el nuevo Millennium; o lo importante que va a ser en el futuro más próximo que la biblioteca esté ahí, físicamente, para las personas en riesgo de exclusión (social, económica, tecnológica...) -, y probablemente otros pensarán que las prioridades deben estar en otra parte (el tema de los libros electrónicos seguramente resulte básico para muchos; yo no lo veo así). No deja de ser una opinión muy personal de alguien que, como dije al principio, no ha estudiado biblioteconomía, pero sí que intenta mantenerse informada y tener una opinión y una visión sobre quienes somos y hacia vamos.

Espero, Martín (esta entrada va por ti: ¡no sé si habra alguien más que haya tenido la paciencia de llegar hasta aquí abajo!), que estas reflexiones te hayan resultado interesantes, y que "aguantemos" cinco años más para volver a encontrarnos en 2017 y poder revisar nuestras previsiones y ver qué sorpresas nos ha deparado la historia :-)

01 febrero 2012

De cena

Sé que les dije que no volvería por aquí hasta el lunes, pero la ocasión lo vale.
¿Les apetece ir a cenar con Javier Pérez Andújar
Si viven en el área metropolitana de Barcelona (o están dispuestos a desplazarse), lo pueden hacer este viernes por (atención) el módico precio de 18 euros.


Me gusta la iniciativa. De Pérez Andújar leí Los príncipes valientes y me gustó mucho (entró en mi lista de lo mejor de entre mis lecturas de 2008), así que tengo sus dos novelas posteriores en lista de espera. Y prometen más autores en un futuro no muy lejano... 

Habrá que estar atentos a "L'espai de lletres" :-)